La censura franquista aplicada estos días ha sido un fracaso estruendoso porque ha conseguido lo contrario de lo que pretendía. Veamos a los protagonistas.
Santiago Sierra es un artista capaz de crear imágenes potentes y de utilizar los medios que le permiten explotarlas con eficacia. Reconocido a nivel internacional, rechazó en 2010 el Premio Nacional de Artes Plásticas, pero en España no es popular a pesar de trabajar con una de las galerías más importantes: Helga de Alvear. En este caso presentaba una obra que, con claridad y eficacia, denunciaba los abusos del poder.
Helga de Alvear es una reputada galerista y coleccionista de Arte. Ama el arte pero vive en el mercado. Cuando le dijeron que retirara la obra, que estaba vendida desde días antes de la inauguración, no puso ningún problema, ella está en el mercado.
IFEMA es una institución mayoritariamente pública que acogía una importantísima feria de arte: ARCO. El director de IFEMA, representante o “encargado” (que diría S. Sierra) del poder y mas papista que el papa, pensó que esa obra molestaría a sus amos y quiso evitarles ese disgusto. Él ha dicho que sin mala fé.
Se supone que ARCO aceptaría la medida porque lo suyo es el mercado, no la libertad ni la libertad del expresión.
Los principales medios de comunicación dan la noticia hablando sólo de tres de los veinticuatro personajes retratados en la obra, casualmente catalanes. Los demás como si no existieran. El País, el primer día dijo simplemente que “se retiró la obra”, sólo al segundo día habló de censura. Varios diarios digitales sí hicieron la denuncia desde el principio. En todo caso, la ocultación de veintiuna de las víctimas fue evidente por parte de los grandes medios. Así se despreció el caso de los titiriteros, de los chavales de Alsásua que a las 4 de la mañana se enzarzaron con dos guardias civiles en una discoteca y una jueza los acusa de terrorismo y muchos otros. Organismos internacionales ha constatado la presencia de presos políticos en España y eso es lo que el artista ha denunciado y los grandes medios han tratado de ocultar desviando la información, como es costumbre, hacia el conflicto catalán.
El PP, en su linea de cinismo permamente. Cifuentes está en contra de la censura pero su consejera vota a favor de ella en la comisión que, a petición del Ayuntamiento de Madrid, cuestiona la retirada de la obra. El ministro de Cultura también está en contra de la censura pero todo esto ocurre por la Ley Mordaza que defiende este gobierno.
El PSOE, aquí y allá. La ex-jueza Margarita Robles apoya la medida y cuando recibe un toque de la dirección de su partido la matiza.
La Corona inaugura ARCO modificando su recorrido para no pasar ante la pared vacía y no visitando una de las galerías españolas más importantes. ¿Será verdad que los Borbones se equivocan siempre?
Izquierda Unida y Podemos denuncian el acto de censura.
El Ayuntamiento de Madrid, convoca al comité directivo de IFEMA para tratar de que se vuelva a exhibir la obra, pero la Comunidad de Madrid y la Cámara de Comercio tienen mayoría y lo impiden. La Sra. Alcaldesa no acude a la inauguración, como es costumbre, en señal de protesta.
Grandes medios de comunicación internacionales muestran su asombro por el atentado a la libertad de expresión artística.
La obra protagonista, cuyo comprador quiere que se vea, se exhibirá en el famoso museo de Lleida.
Las administraciones peperas, en dos días, han conseguido dos cosas: que un artista importante que se caracteriza por la crítica social de sus obras además se haga popular y que sus dirigentes pierdan, si esto es posible, un poquito más de credibilidad.
Todavía hay quien dice que el arte no sirve para nada.