Un presidente que miente por costumbre. En el plasma, en directo, ante los tribunales o ante el Congreso.
Que repite a diario que respeta la Ley y ataca la Ley de Memoria Histórica, desoye los mandatos de la U.E. para enmendar leyes injustas, manipula tribunales …
Que apoya a los grandes medios de comunicación en sus campañas cotidianas de manipulación informativa.
Que dice defender la Democracia y promueve leyes que atentan contra derechos fundamentales.
Que dice luchar contra la corrupción y cobra sobresueldos, destruye pruebas y tiene 800 imputados en su partido y los están al caer.
Que dice luchar por el pleno empleo y propone leyes que destrozan los derechos laborales y deterioran el empleo.
Un presidente y un gobierno que mienten sin interrupción y ahora ponen el grito en el cielo porque dicen que los demás -en las redes sociales- mienten.
Quieren tener el derecho exclusivo a mentir. Quieren tener el control de la información. Sólo se sienten seguros en un régimen totalitario donde sólo haya una verdad oficial.
Dan miedo. Y una parte de los que se dicen izquierda les apoya y otra parte que no les apoya sestea en los escaños del Congreso.
¿Esta es la España que queremos? ¿Un país de mentira?