Mal va la democracia en Francia cuando los franceses tienen que elegir entre la derecha y la ultraderecha.
Esto antes solo pasaba en los países bananeros, pero el mundo financiero y sus órganos de propaganda, los grandes medios de comunicación, han ganado terreno, han comprado políticos, jueces, etc. y están intentando cargarse la democracia para poder robar con más libertad.
Por lo pronto, han montado una Unión Europea que es una poderosa herramienta de poder y, ante el fracaso de sus viejos partidos instrumentales derechistas y socialdemócratas, están creando partidos nuevos o personajes (Macron no tiene partido) que les ayuden a mantener y extender su poder.
Veremos qué pasa en las próximas legislativas francesas. El partido socialista se ha pasado al enemigo y la izquierda tiene un desafío importante.
Parece que en estas elecciones el partido de la clase obrera será la abstención. Como solución de urgencia no está mal, pero no como solución definitiva.