No se sabe bien para qué sirve la ONU, si no es para apoyar grupos de presión de sus países dominantes.
La ONU no tiene nada de democrática. La rigen los cinco países fundadores (Estados Unidos, Unión Soviética, Francia, República Popular China y Reino Unido), que prácticamente coinciden con los vencedores de la 2ª Guerra Mundial. Son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y tienen derecho a veto sobre cualquier decisión que se proponga.
No sabemos quién elige a su secretario general, que suelen ser personas bastante desconocidas y sin especial relevancia, como el actual Antonio Guterres o el anterior Ban Ki-moon, lo que da pistas sobre su maleabilidad.
Hoy publica El País la dimisión de Rima Jalaf, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia Occidental (CESPAO), por negarse a la petición del tal Guterres de eliminar el texto de un informe de la web oficial de la ONU.
En dicho informe, firmado por el profesor de derecho internacional estadounidense Richard Falk, que ejerció como relator de derechos humanos de la ONU para los territorios palestinos entre 2008 y 2014, se acusa al estado de Israel de ser «culpable de políticas y prácticas que constituyen un crimen de apartheid” con la población palestina.
Esto ya lo sabe todo el mundo, pero la ONU no lo quiere reconocer, a pesar de que se define como una asociación de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos.
Ya hace tiempo que varios países, miembros de la ONU, están pidiendo la condena y aislamiento económico de Israel por los mismos motivos que estuvo condenada y aislada Sudáfrica por su apartheid a la población de color.
Se ve que Israel tiene mejores padrinos.
Gracias por compartir info sobre el serio problema de la globalización que nos aqueja.
Lu