Un trasto bastante molesto

El hombre de las manos manchadas de cal viva, separado de la política, sigue tratando de influir en nuestras vidas, siempre desde posiciones conservadoras y afines al capital, como si fuera un poder fáctico. Quizá lo sea. Ocupa puestos importantes en grandes empresas (algunos en compañía de Aznar) sacando partido de la agenda que fue reuniendo cuando ocupó el poder.

Resulta inquietante que su partido de procedencia, y en el que quizá aún milita, le siga respetando a pesar de que continuamente se manifiesta al margen de las lineas políticas que aprueban sus órganos competentes. ¿Otro verso suelto? ¿Otra Esperanza Aguirre? ¿Por qué siempre a favor del capital? ¿Quién manda en el PSOE?

Lamentablemente el viejo jarrón chino se ha convertido en un trasto demasiado molesto.