Hay muchas clases de víctimas y algunas son muy útiles para el mercadeo político. Para la derechona, con la bruja mayor Aguirre a la cabeza, las víctimas guay son las de ETA, las que consideran suyas. Ahí entran a duras penas las del GAL y difícilmente las del 11M porque, aunque para ellos las hizo ETA, les encuentran algo raro: que se resisten a ser manipuladas.
La derechona no quiere ni oír hablar de las víctimas del franquismo. Es natural, porque estas víctimas si que son propiamente suyas: las causaron ellos. El PP en cuarenta años de democracia aún no ha condenado el franquismo, se resiste a quitar los nombres de golpistas de las calles y siguen considerando a los que defendieron la legalidad republicana culpables del golpe militar que sufrieron.
La derechona en España, con Franco y en democracia, siempre ha escrito la Historia a su manera y no se resigna a dejar de hacerlo. Y ahora que está metida hasta el cuello en la mierda de la corrupción, mucho menos.