Terrorismos

Hay un terrorismo económico que empobrece a los pobres para enriquecer a los ricos.

Hay un terrorismo político que impone invasiones militares y recortes en servicios sanitarios y sociales.

Ambos producen terror y muerte. En Madrid ya hay una diferencia de dos años más de esperanza de vida para los habitantes del barrio de Salamanca, frente a los de Usera.

Pero el único terrorismo prohibido es el de pequeños grupos armados que matan indiscriminadamente, como hace Israel en Gaza, y que, aunque está causado por la miseria y desesperación que producen los otros terrorismos, que son legales, se aprovecha por los políticos corruptos para reforzar el sistema.

Porque hay agencias de calificación terrorista, como hay agencias de calificación de riesgo financiero. EEUU dice qué es terrorismo con los mismos criterios con que califican Standard & Poor’s, Moody’s o Fitch: según interese al capital.

Tras el atentado de Charlie Hebdo, se produjo una gran manifestación en París, en la que participaron, además de Rajoy, representantes de casi todas las dictaduras y de los países que financian el terrorismo y, sobre todo de los países que promueven los terrorismos económico y político, con Holland y Natenyahu, en la primera fila. Los dos mejoraron su índice de aceptación. Las malas lenguas no dejaron de susurrar que los servicios secretos de sus países habrían podido tener alguna participación en el atentado.

Mañana habrá una misa en Notre Dame con muchos de los participantes en la manifestación del Charlie Hebdo.

De los causantes de la masacre, la mayoría serán franceses, pero dirigidos desde el exterior, es decir, malos franceses. El nacionalismo lo cura todo.

Mientras tanto, los medios informativos se convierten en programas del corazón y a manipular los sentimientos de la audiencia echándole la culpa al islamismo y a los extranjeros; porque podrán estar horas “informando” desde el sitio del crimen, pero información relevante ni una.