El PP está de los nervios porque adivina el desastre de las próximas elecciones. Ante la grave situación de corrupción generalizada y posibles enjuiciamientos y condenas, que se agravarán cuando salgan del gobierno, están tomando o proponiendo medidas para tratar de salvar la situación a cualquier precio. La composición con afines al PP del tribunal que juzgará la Gürtel es una de las medidas impropias de una democracia que ya están tomando, veremos si hay fuerza ciudadana capaz de contrarrestar esta cacicada.
La soga de la justicia aprieta su cuello y la pérdida de las elecciones es lo que más temen, quizá no tanto por la pérdida del gobierno como por la disminución de su capacidad para manipular el poder judicial. Ahora están proponiendo cambiar la ley electoral para primar a la lista más votada pero cambiar las reglas del juego, sin el acuerdo de los otros jugadores, a unos meses del las elecciones, es un atentado contra la democracia.
Seguir reclamando puestos de poder con el argumento de la lista más votada es no reconocer que ese es un recurso propio de un sistema de elección mayoritaria, pero con poco sentido en un sistema proporcional (aunque bastante trucado por la ley D’Hont, el tipo de circunscripciones electorales, las listas cerradas, etc.). La derecha siempre reclama el sistema mayoritario porque es menos democrático que el proporcional, pero aquí están tratando de conseguirlo por medios poco democráticos y nada éticos.
¿Seguro que nadie de la cúpula del PP se ha planteado un golpe de Estado? Porque después de la dictadura de los mercados que han impuesto, la ley mordaza y otros atentados a los derechos ciudadanos, eso sería lo que les falta por hacer para poder seguir forrándose a nuestra costa.
Por lo menos que se tomen la medicación, a ver si les vuelve la sensatez.