Ayer publicaba El País una columna del Nobel de Economía Paul Krugman que empezaba diciendo que los vampiros de Wall Street compraron el Congreso (de USA) con la idea de cambiar una ley de control de las finanzas que no les conviene.
Ya sabemos, todos los medios de propaganda lo dicen, que hay muchas teorías conspiranoicas y que las conspiraciones no existen pero, según Krugman, estos grupos financieros son vampiros no sólo porque chupen la sangre a la economía, lo son además porque no resisten la luz del sol. Sólo se encuentran a gusto en la oscuridad.
Lo importante no son estas maniobras, sino que, a pesar de las dificultades, en USA se llegan a establecer leyes que controlan las finanzas, es decir, el poder político intenta controlar a las mafias financieras y consigue bastantes logros.
Esto no pasa ni en la Unión Europea, ni en España. Aquí mandan las mafias financieras, las tenemos en el gobierno, y se ofrece la sangre de los más débiles a los vampiros.