El negocio de las víctimas

En este sistema de capitalismo salvaje a todo se le puede sacar rentabilidad.

Un accidente de avión es una ocasión estupenda si se le sabe sacar provecho. Hoy hemos visto a Merkel, Holand y Rajoy cerca del lugar del accidente. Tras el atentado de París vieron que mostrar gestos de dolor cuando hay víctimas produce réditos políticos porque es una prueba visible de su humanidad. Pero la función de estos gobernantes no es viajar a las montañas a crear problemas (habría que ver cuantos secretarios y guardaespaldas les acompañaban y si no han causado más problemas que soluciones). Su función es evitar estas catástrofes obligando a inspecciones y normas de seguridad estrictas y promoviendo investigaciones que lleven a detectar a los culpables y obligarles a compensar a los familiares de las víctimas. Este sería un buen homenaje a las víctimas.

Promover minutos de silencio en ayuntamientos y otros organismos oficiales tiene más de propaganda política que de ayuda a víctimas y familiares. Los causantes de tanto dolor y muerte por austericidio, sólo se conmueven cuando les interesa.

Claro que no todas las víctimas son iguales. Las de accidentes o atentados son claramente homenajeables, las víctimas de la crisis son de naturaleza ocultable. Ya ha dicho el presidente de la Comunidad de Madrid que aquí no hay niños con hambre, la población infantil tiene problemas de obesidad. Veremos si abren los comedores de los colegios estas vacaciones. Las víctimas de la crisis son invisibles.

Están muriendo más de tres mil personas cada año en España por suicidio, que es la mayor causa de muerte violenta, y gran parte de ellas están relacionadas con la crisis. Para ellas no habrá minuto de silencio ni siquiera mención. Son daños colaterales.

Los medios de propaganda también tratan de hacer su agosto. Informativos dedicados exclusivamente al accidente, cuando todo el mundo sabe que al principio hay muy poca información disponible. No importa, no se trata de informar, se convierten en programas de entretenimiento y se sigue haciendo caja. Además, así no se habla de los problemas del conjunto de los españoles, hablemos de los accidentados y sus familias, si es posible con música de fondo, porque este no es el momento de buscar culpables.