Ayer aparecía un artículo de Claudi Pérez en la sección de Internacional de El País digital titulado: “Grecia desafía a la UE con una ley para paliar la crisis humanitaria”.
El ingenuo y sufrido lector de este diario se queda estupefacto: ¿Cómo es posible que la UE se sienta desafiada porque el gobierno griego quiera paliar una crisis humanitaria? ¿Estará la UE en contra de los Derechos Humanos? ¡No puede ser! ¿O si?
El ingenuo y atribulado lector lee con gran interés las 714 palabras de este artículo tratando de ver en qué consisten esas políticas que quiere aplicar el gobierno griego, pero ¡qué curioso! no se habla de esto. El artículo trata de las reacciones que han producido en Bruselas esas supuestas políticas para paliar la crisis humanitaria y además, en el último párrafo se entera de que un tal Dijsselbloem, que por lo visto ahora es presidente del Eurogrupo ¿qué será esto? ¿quién le habrá elegido? ¡Es terrible no entender nada! Pues bien, el tal Dijsselbloem “provocó, además, el enésimo batacazo de los bancos griegos en Bolsa tras unas declaraciones sobre la posibilidad de poner en marcha controles de capital”. Osea, el tipo este hace unas declaraciones para desestabilizar a los bancos griegos. ¡Asombroso! Decían que Grecia estaba en la UE ¿cómo puede ser que la EU se dedique a atacar a sus amigos? ¡Parece Esperanza Aguirre!.
También dice que “el FMI filtró ayer que Grecia es “su peor cliente” —peor aún que Argentina— en 70 años”. Bueno esto es más comprensible ¿qué se puede esperar de un club cuyos tres últimos presidentes han sido Rodrigo Rato, que anda un poco perseguido por la justicia por delitos varios, Strauss Khan que ha sido juzgado por proxenetismo y la actual Cristine Lagarde que tiene algunos problemas con unos millones que adjudicó, siendo ministra de Sarcozy, a un millonario industrial y presidente de un famoso club de futbol?. Decir que el FMI tiene clientes es casi un eufemismo, más bien tiene víctimas.
En vista de que la UE parece un club de sádicos dedicados a sembrar el terror, el ingenuo y un poco aterrorizado lector de El País se pregunta ahora ¿quien habrá hecho este retrato tan perjudicial para la Unión Europea? Por la foto parece un joven progre, con melenita y gafas modernas: parece normal. ¿Y dónde vive? En Bruselas. Claro, ¡las malas compañías!. En Bruselas debe de estar lo mejor de cada casa a juzgar por lo que ocurre en la UE. ¿Y El País no tendrá un corresponsal en Atenas para hablar de Grecia? Pues parece que no, que Grecia no interesa.
Ahora el ingenuo lector de El País se empieza a sentir mal consigo mismo. ¿Qué hago yo leyendo un periódico que sólo está interesado en los problemas de los ricos? Porque los españoles llevamos el camino de ser griegos (?).