Los últimos años del franquismo fueron muy duros en España. En los años 70 hubo más ajusticiamientos políticos que en los 60. El régimen sentía su agonía y trataba de morir matando.
Lo mismo está pasando con este gobierno corrupto. Endurece la represión con una ley mordaza que prohibe fotografiar o grabar a las fuerzas represivas y amenaza con multas desorbitadas por ejercer derechos fundamentales que garantiza la Constitución.
PP y Gobierno están amedrentando a los ciudadanos y neutralizando a la Justicia (caso Juez Ruz) para tratar de librarse de la cárcel. Pero antes de que pierdan las elecciones van a terminar de destrozar el país, privatizando y regalando a sus compinches todo el patrimonio común que puedan.
Están descapitalizando el metro de Madrid y el Canal de Isabel II, que es un servicio público de aguas rentable y de calidad. Lo están endeudando para justificar su privatización. Están vendiendo a fondos “buitre” las viviendas destinadas a alquiler para vecinos en peligro de exclusión social, violando el principio básico para el que se crearon. Paralizada judicialmente la privatización de hospitales, están derivando a pacientes a los privados para priorizar el beneficio privado.
Estos gobiernos (estatal, regional y municipal) están destrozando su función pública. Debería paralizarse el Congreso porque, hasta que lleguen las elecciones, la mayoría absoluta del PP va a tratar de seguir haciendo leyes, en contra de los demás partidos y a favor de las mafias financieras que les patrocinan.
O hacemos caer el gobierno o nos van a dejar sin camisa.